Fanfic

Prologo

 Era una tarde tranquila en la ciudad de Alberta, faltaban pocas horas para el ocaso y las calles estaban vacías, la razón de esto era que ese día zarpaba un barco con los nuevos integrantes que llegarían al campo de entrenamiento del reino, un lugar donde se aprende a sobrevivir en el mundo. No es obligatorio tomar el curso, varios no lo hacen, pero los que lo toman tienen ciertos privilegios a futuro.
 
En ese barco iban Sheng y Garrett, dos jóvenes de 15 años en ese entonces, dos jóvenes que eran amigos desde pequeños, dos jóvenes con nombres extraños para el lugar donde Vivian.
 
Ninguno de los dos era originario de Alberta, la familia de Garrett provenía de Einbroch y se mudaron a Alberta por asuntos de trabajo del padre, Warriv Stone. El era mecánico experto en mantención de motores y maquinaria pesada y consiguió un mejor trabajo en el puerto de Alberta. La familia de Sheng por su parte, provienen de la lejana isla de Louyang, inmigraron buscando una mejor vida. Ambas familias por cosas del destino eran vecinas y fue por esa razón que ambos jóvenes son amigos, diez años de amistad. Sheng es alto y delgado, con cabello color negro y liso, ojos de un color café y una piel de un color intermedio. Garrett es un poco mas bajo, también es delgado y tiene el pelo liso pero de un color café igual que sus ojos, su piel es más clara que la de su amigo.

Ese día ambos jóvenes estaban parados en la popa del barco, despidiéndose de su familia que estaba en el puerto, se veían nerviosos y a la vez ansiosos por llegar, cada uno con su mochila y algo de dinero, el viaje no tardaría mucho, pronto llegarían a su destino.

Algunos se preguntaran como es que personas de 15 años de edad ya están recibiendo entrenamiento especial, la razón es sencilla: Debido a tanto conflicto en el mundo se ha optado por esa opción, a partir de los quince años ya se considera a una persona como mayor de edad, aunque hay excepciones con niños huérfanos que son entrenados de todos modos o incluso hay familias completas que se entrenan todos juntos. Solo hasta hace pocos años había una guerra entre reinos pero últimamente con la llegada de grandes demonios la guerra ha cesado y se han unido todos los reinos para combatirlos, aunque hay grupos rebeldes de todo tipo: desde ladrones hasta personas que apoyan a los demonios.

Ya había pasado cerca de una hora cuando la isla–fortaleza asomo, toda la gente desembarco y fueron recibidos por los instructores. Poco a poco fueron siendo asignados a sus respectivos dormitorios y luego antes de la cena se realizo una charla de introducción y bienvenida, al otro día comenzarían los entrenamientos, Sheng y Garrett casi no durmieron esa noche de la ansiedad que tenían por comenzar.








Capitulo I: Vagabundos

   Ya han pasado tres años desde que Garrett y yo dejamos nuestro hogar allá en Alberta, ahora él es un hábil pistolero y yo un Gladiador Estelar. Desde que dejamos el campo de entrenamiento y entrenamos en los gremios que tienen convenio con él que viajamos sin rumbo por el mundo, a veces pienso que han sido tres años perdidos y otras veces me alegro de tener tanta libertad.
   Para sobrevivir hemos realizado una gran variedad de trabajos, desde peones en un fundo hasta voluntarios para la limpieza y exterminio de plagas en las alcantarillas de Prontera, incluso una vez nos enlistamos de marinos allá en Alberta cuando fuimos a visitar a nuestras familias aunque el contrato era solo por un viaje. En fin… lo único que nos faltaría seria entrar en el ejército.
   
   Ahora tomamos un descanso y nos preparamos para acampar, nos dirigimos camino a Prontera, no sabemos a que, nos gusta viajar y andar por ahí. Mi compañero es muy inquieto, la única forma de mantenerlo tranquilo es con un plato de comida o una linda chica enfrente, pero sea cual sea de las dos no le duran mucho.
   La noche cae, Garrett dijo que cocinaría así que yo arme el resto del campamento, no cocina muy bien pero con algo de salsa queda muy bueno. Garrett estaba muy pensativo y antes de dormir me dijo:

-Hey Sheng, estaba pensando y… - no alcanzo a terminar porque lo interrumpí
-¡Wow! – Exclame – eso es nuevo – me miro con algo de disgusto pero a la vez guardándose una sonrisa
-¿No has pensado alguna vez que hemos perdido tres años vagando por ahí sin motivo alguno?
-Si, a veces lo he pensado pero ¿No te gusta la libertad que tenemos?
-Es un buen punto, pero a veces… no se… como que falta algo
-¿Algo como que?
-¡Como dos lindas chicas, una para cada uno! – Cuando oí eso suspire
-Sabia que dirías eso, mejor duérmete porque si no despiertas te dejare acá tirado y tendrás que ir solo a Prontera
-Esta bien, esta bien, pero recuerda que aquí al que le cuesta despertar es a ti – Cuando dijo eso fingí roncar y no oírlo

La mañana llego, desperté al oír a Garrett disparar, hacia eso todas las mañanas para practicar su puntería. Me levante y vi la hora en un reloj que me había regalado mi padre: “Las ocho” me dije para mi mismo. Me vestí rápidamente y comencé a calentar mi cuerpo para luego entrenar un poco. Comencé como de costumbre con una rutina de patadas, luego seguí con combinaciones más avanzadas y luego practique un poco de golpes con los brazos, después de entrenar comimos algo y seguimos nuestro camino a Prontera.

   Ya eran las tres de la tarde cuando por fin cruzamos el portal sur de la Capital, lo primero que hicimos fue ir a reservar habitaciones a la posada, luego yo fui de compras mientras Garrett buscaba algún trabajito que pudiéramos hacer. Hacia calor, iba con mi sakkat, una chaqueta cruzada sin mangas, mi faja, pantalones cortos y descalzo. Iba mirando cada tienda para ver si algo me servia, estaba tan metido en eso que no me di cuenta que me dirigía hacia una multitud de gente, solo me percate cuando choque con un paladín que estaba allí. Levante la mirada y vi que se trataba de un espectáculo callejero, era una exhibición de artes marciales, me quede mirando un rato:

-¿Alguien cree que puede hacer una demostración mejor que la de este Campeón? ¿Qué tal usted? ¡O usted! – uno de los artistas estaba retando al publico a superar al Campeón
- ¡Yo! – se escucho una voz femenina y acto seguido una chica taekwondista se acerco.
-Muy bien, trata de superar a Wier y ganaras un premio, el publico será el jurado – anuncio el tipo que había invitado a participar

   El campeón comenzó con una serie de movimientos de brazos para luego hacer combinaciones de patadas y saltos, toda la gente lo aplaudía. Pero cuando la chica realizo su presentación todos quedaron sorprendidos, había si excelente por lo que la gente le dio el premio a ella.

   Ya estaba anocheciendo por lo que me fui de vuelta a la posada, había comprado algunos víveres, cuando llegue Garrett me estaba esperando.

-Oye, ¿No has pensado en entrar al ejército? – pregunto Garrett
-Si, pero no me gustaría estar el resto de mi vida en un cuartel
-¿Y que tal si entráramos a la SIM?
-¿Pero no crees que es algo difícil?
-Lee esto – me paso un papel

 ¡ATENCION AVENTUREROS!

¿Quieres servir a tu reino? ¿Vivir aventuras?
¿Te gusta el peligro? ¿Y quieres que te paguen por eso?

SIM:9 RECLUTA!!

El servicio de inteligencia de Midgar numero nueve busca nuevos integrantes, si te interesa preséntate en Geffen para ser evaluado, las postulaciones terminan el día 31 del presente mes

-Jajajaja – solté una risa- ¡Como ha cambiado el tema de la publicidad! Y pensar que antes solo decía SIM recluta ,preséntate en Geffen
-Bueno ¿Quieres intentar?
-Claro, supongo que tu también… Bien mañana partimos a Geffen
-¿Y si vamos por el servicio Kafra?
-Mejor ahorrar el dinero, si no entramos a la SIM tendremos que seguir con lo que hacemos siempre y necesitaremos dinero.
-Buen punto

Nos levantamos temprano, apenas comimos partimos a Geffen, ni entrenamos, solo tengo ganas de llegar pronto a Geffen a ver si nos cambia la suerte con esto de la SIM. Por el camino nos topamos con un grupo de jóvenes espadachines que se dirigían a Prontera, cuando los vi recordé aquellos días en que me iniciaba en el Taekwondo y entrenaba allá en las montañas y bosques con mi maestro y el resto de mis compañeros, estaba en eso cuando Garrett corrió hacia un árbol.

-¡Mira! Un panal, lastima que no puedas comer miel, pero ayúdame a sacarlo ¿quieres?
-Esta bien, tu bótalo y yo controlo a las abejas, pero deja prepararme

Cerré los ojos para sentir la energía que fluía, “día de sol” me dije para mi mismo y luego me rodeé en un escudo de fuego

-Bien, bótalo – le dije a Garrett, aunque no me gustaba mucho la idea, sabia que algo pasaría, además de que soy alérgico a la miel

Garrett desenfundo una de sus pistolas y le disparo al panal, era un panal enorme, por lo que solo se desprendió un trozo de el, yo debía encargarme de las abejas pero del panal salieron abejas gigantes, por eso era tan grande. Salimos corriendo para alejarnos un poco, luego no nos quedo otra opción que combatirlas.

   Yo comencé a patear algunas, otras se quemaban, pero eran muchas, Garrett les disparaba desde más atrás

-¡Aléjate! – me grito, le hice caso – Hora del desperado

Cruzo sus brazos y comenzó a disparar en todas direcciones hasta que se le descargo el arma, pero las abejas ya habían sido controladas

-Y todo por que querías miel… y además no la conseguiste
-Bueno ¿Y que querías? ¡Tengo hambre!, eso pasa por vivir de vagos

Mejor no dije nada y seguimos nuestro camino. Viajar desde Prontera a Geffen caminando toma alrededor de cinco o seis días, acampamos durante cuatro y en la ultima noche antes de llegar nos encontramos con una aldea de campesinos y decidimos apelar a la caridad de la gente como ya lo habíamos hecho varias veces en estos años.
   Después de hablar con varias personas, al fin conseguimos alojamiento, en la casa vivía un hombre de unos 40 años y su esposa, era el herrero de la aldea. Nos pidió que le habláramos de nuestras vidas, luego el nos hablo de la suya, nos contó que tenia una hija de nuestra edad y que se había ido para tratar de entrar en la SIM, nosotros le dijimos que teníamos el mismo propósito.

-Bueno mi hija es una Enlazadora de almas, su nombre es Camila, talvez se encuentren con ella

   Al otro día, para pagarle de alguna forma al señor que nos acogió, le dejamos un poco de comida de la que nosotros llevamos y ayudamos con el aseo de la casa. Luego seguimos nuestro ultimo día camino a Geffen, con algo de suerte pasaríamos las pruebas y no seriamos unos vagos que trabajan en cualquier cosa, seriamos de la SIM, grupo nueve, ahora, de cierto modo, nos pagarían por vagar y arriesgar la vida.