Capítulo tres: Montaña
Esta todo en oscuridad, una niña de unos 12 años se encuentra en medio de la oscuridad, su cabello de color rubio resalta en la oscuridad igual que sus ojos azules, se encuentra sentada en las sombras, se logra apreciar entre las sombras que la niña esta muy triste. En ese momento una luz aparece atrás de ella, ella voltea a ver y mira a un acólito que aparenta la misma edad que ella de pie en la luz, su cabello es corto y castaño, su piel es blanca y tiene unos ojos color café:
-¿Quieres ser mi amiga?- dice el acólito y extiende la mano a la niña.
La niña se levanta y le agarra la mano, entonces la niña entra a la luz, y se alcanza a ver que trae un uniforme de acólita de color blanco. La niña esta feliz y sonriente, de repente la luz empieza a iluminar todo, y la escena se convierte en una pradera verde, los dos niños comenzaron a jugar y correr por todo el campo durante varios minutos, hasta quedar acostados en el suelo. Después de eso, los dos se quedan tirados en el suelo viéndose el uno al otro:
-Eres la persona más importante para mi, Almira- dice el acólito a la niña, la cual solo responde con una enorme sonrisa.
Entonces la oscuridad vuelve a aparecer, los dos acólitos se levantan si se ponen espalda con espalda, presintiendo el peligro. De las sombras, comienzan a aparecer varias formas amorfas, pero con unos brillantes ojos rojos, la niña empieza a temblar de miedo, pero el niño agarra su mano:
-No te preocupes, los acólitos somos entrenados para matar demonios- dice el niño mientras agarra un mazo y comienza a pegar a las sobras y varias de estás desaparecen. La niña trata de hacerlo, pero ante al primera sombra que se le acerca, se acobarda y me tira al suelo llorando. Entonces aparecen otras dos figuras y comienzan a destruir las sombras en grandes cantidades, la niña levanta la mirada, y ve lo que parecen ser dos practicantes del Tae know do, un hombre y una mujer, pero no alcanza ver muy bien sus rostros o alguna característica importante, la mujer se le acerca y la abraza:
-No llores hermanita, soy yo Selene, ya verás que nada malo pasará- Le dice la mujer mientras la abraza fuertemente, después las dos personas vuelven a comenzar a destruir más sombras, cada ves más lejos, la niña se levanta y parece estar más tranquila, cuando escucha un grito desgarrador a su espalda, voltea a ver, y su rostro se cambia a una expresión de desesperación, el acólito que la acompañaba parece ser atrapado por una sombra, y trata de escapar pero no puede, la niña trata de llamar a la mujer de hace rato, pero parece que ha perdido la voz y no puede hacer nada más que mirar. En ese momento, unos enormes ojos rojos aparecen detrás del niño y una enorme garra sombría lo sujeta, la garra comienza a disolverse, y se transforma en una especie de altar con cadenas, las cuales sujetan al joven acólito y no lo dejan mover. Los ojos rojos se abren aún más y el niño empieza sufrir una serie de rasguños y cortadas que parecen provenir de ningún lado además de brillar en un intenso color rojo, el niño da un grito con cada rasguño y cortada, cuando parece que todo termina, el niño entre sollozos mira hacia la niña, y alcanza a decir:
-… no quiero que un demonio me coma…-
Justo entonces, los enormes ojos rojos de atrás crecen aún más, y dando el grito mas fuerte, el niño se pinta en un intenso color rojo, y el cuerpo del niño comienza a desintegrarse y volverse polvo, el cual parece ser llevado hacia los enormes ojos rojos, los cuales después de engullir todo el polvo rojo que quedó del cuerpo del niño, desaparece, junto con todas las sombras.
La oscuridad lo cubre todo de nuevo, la niña se encuentra en el suelo llorando amargamente, una tenue luz aparece en su espalda, y aparece la mujer de espaldas, la niña voltea a verla entre sollozos:
-Soy muy débil, no puedo proteger a nadie- la mujer comienza a hablar – no tengo la fuerza de nuestro padre, soy patética e inútil, si papá no hubiera desaparecido esto no habría pasado, pero pasó por que soy débil, pero dejaré de serlo- en eso la figura de la mujer cambia ligeramente, y su traje de practicante del Tae know do, cambia a un uniforme de vinculador de almas:
-Debo encontrar a papá... para ser más fuerte…- y la mujer comienza a caminar alejándose de la niña, la niña trata de hablar para evitar que se aleje, pero sigue sin poder hablar, y entre los llantos de la niña, la imagen de la mujer desaparece…
Almira despertó sobresaltada, apenas se logra levantar de la manta sobre la que se quedó dormida, se encuentra muy agitada, voltea a ver hacia el cielo, y ve una hermosa vista de las estrellas, después de calmarse un poco voltea a su alrededor; sigue siendo de noche, la fogata en el centro de su campamento esta pagada, pero la luna brilla lo suficiente como para poder ver con algo de claridad, voltea a ver entre el campamento que ella y sus hermanas montaron para dormir, mira a su hermana Alba dormida en otra manta, y termina de tranquilizarse al verla, voltea ver a Elian, y esta se encuentra recargada sobre un árbol, Almira da un suspiro después de ver que todo se encuentra bien:
-¿Tuviste otra vez ese sueño?- habló Elian cuando parecía estar dormida
-Así es hermana- contestó Almira – creo que aun no logro dejar esa parte de mi vida en el pasado-
-Lo que ocurrió con Elliot no fue tu culpa ni la de Selene, mucho menos creo que si nuestro padre hubiera estado algo habría sido diferente. Él mismo decidió ir a pelear contra esos demonios, debió haber pensado en las consecuencias de sus acciones- contesto Elian – mejor duerme Almira, mañana tenemos que cruzar el monte Mjolnir para poder llegar a la casa en la tarde.- y diciendo esto, Elian cerró los ojos y se volvió a dormir. Almira se recostó en la manta de nuevo, se quedó contemplando las estrellas, y se volvió a dormir.
El sol brilla en el cielo, y pocas nubes se ven en el horizonte, a lo lejos se alcanza a ver un monte muy grande y cubierto de vegetación, junto con varios montes de similar altura, varios caminos llegan a ellos, en uno de los caminos, se ven las tres hermanas Runore caminando:
-¿Por qué tenemos que cruzar el monte Mjonlir? Podemos irnos hasta Geffen y de allí hasta la casa- se quejaba Alba
-Pero si el camino más corto es pasando el monte, es la manera más rápida- le contestaba Almira
-Pero el monte Mjonlir esta lleno de feos insectos, y sabes como odio los insectos- seguía quejándose Alba mientras proseguían por el camino.
Las hermanas se acercan cada vez más cerca del pie de de la montaña, y entonces Elian comienza a hablar con Almira mientras Alba se queda atrás:
-¿Tienes alguna idea de porqué el sello dimensional de Templo escondido se rompió?-
-En realidad no tengo la menor idea- contesta Almira –pero otros suceso extraños han sucedido en todos los rincones de este mundo, dejando de lado los problemas que están ocasionando la corporación Rekenber en la república de Schwartzvald y los extremistas religiosos de Arunafeltz, otros cosas más raras están apareciendo, Los marinos que circulan entre Izlude y Alberta dicen tener avistamientos de una densa neblina en medio del mar, varios exploradores que viajan entre las tierras de Schwartzvald aseguran que varios monstruos parecen estar huyendo de sus lugares naturales, entre ellos varios dragones que parecen haber dejado el lago abismo, varios de los hermanos de la orden que se encuentran en Arunafeltz dicen que hace unos días en gran resplandor se vio a la mitad de la noche en dirección a la isla sin nombre que se encuentra en las costas del pueblo de Veins.-
-¿Desde cuándo parece que se inició todo esto?- interrumpió Elian
-Hace unos meses, junto con las serie de temblores empezaron a afectar la ciudad de Morroc-
-Creo que después de investigar sobre Selene y la pulsera, deberíamos ir al norte t después a Morroc a revisar esto- Elian dijo
-Hermanas, dejen de estar hablando cosas a mis espaldas- dijo Alba desde atrás- mejor miren eso- señalando a la cima de la montaña, la cual se alcanza a ver una columna de humo negro saliendo.
-¿Un incendio?- dijo Almira
-No es probable, no existen criaturas de fuego en estos lugares, es probable que alguien lo haya provocado- contesto Elian
-Tenemos que ir a al cima para evitar que se queme el bosque entero- dijo Alba corriendo ya hacia la cima de la montaña.
Conforme suben a la cima de la montaña, las hermanas empiezan a ver como la columna de humo comienza verse más y más grande:
-¡¡Elian, mira eso!!- grito Alba mientras subían la montaña, alrededor del camino por el cual estaban subiendo, estaban esqueletos de Argos, Argiopes y Abejas gigantes completamente quemados y conforme iban acercándose a la cima, los árboles se empezaban a totalmente consumidos por el fuego, pero sin rastros de fuego.
-Esto parece ser fuego hecho con magia- dijo Elian al ver la escena.
Al estar a unos cuantos metros de la cima, vieron correr hacia ellas una abeja enorme de color entre rojizo y rosado, con una corona en la cabeza. Las hermanas se detuvieron en el acto, mientras el insecto pasó volando a toda velocidad sin prestarles atención:
-Este… ¿Qué esa no esa La Señora de las Abejas? – alcanzo a decir Alba volteando hacia atrás
-Si lo era, pero paresia muy asustada- respondió Almira- ¿Qué la habrá asustado?-
-Creo que yo les puedo responder eso señoritas- dijo una voz a sus espaldas.
Al volver el rostro, vieron una persona en un claro del bosque en la cima del monte, un hombre de mediana edad, con un desgastado uniforme del gremio de Sabios de la ciudad de Yuno, sobre su cuello colgaba un extraño medallón de color negro en forma de estrella de cinco picos. Al verlo Elian rápidamente se le puso en frente:
-¿Por qué estas quemando todo el bosque?- le reclamó
-¿Y dime por qué no debería hacerlo?- le contestó el sabio – Este bosque esta lleno de creaturas malignas, es mi deber convertirlas al bien, o en caso de oponerse, destruirlas junto con todo el lugar.-
-¡Aquí la única creatura maligna eres tú!- dijo Almira – Todo los acólitos somos entrenados para poder ver cuando alguien esta siendo manipulado por fuerzas demoníacas, y estoy segura de que tu lo estás-
-Eso lo dicen ustedes que no conocen el camino del nuevo mundo, el nuevo mundo que La Estrella Negra nos ha de traer- Al decir esto, una luz negra destelló del medallón del sabio y levantando sus brazos dijo con una potente voz: -así que también deben de ser eliminadas con este lugar; “¡Bola de fuego!”-
Una enorme bola de fuego salio de entre sus manos, y la lanzó contra las hermanas, las cuales la esquivaron y comenzaron a prepararse para la el contra ataque:
-No crean que va a ser tan fácil- dijo el sabio poniendo una mano en el suelo- “Tierra volcánica”- y un aura caliente de color rojo comenzó a cubrir el suelo que rodeaba al sabio.
-Rápido, ¡aléjense de aquí!- dijo Elian a sus hermanas, y todas salieron del alcance del aura roja:
-Esta técnica de Tierra volcánica no es ordinaria- continuo Elian –Normalmente solo amplifica los ataques de fuego en su entorno, pero no afecta de esta manera al ambiente- dijo esto señalando a los árboles que fueron alcanzados por el aura, los cuales se estaban quemando – Esta persona no es un humado ordinario- terminó Elian.
-Claro que no soy ordinario- respondió el sabio con una voz muy altanera – soy uno de los elegidos por La Estrella Negra para castigar a las creaturas malignas que rondan este mundo, así que mi poder es mayor que el resto de los pecadores-
-Ya veremos eso- le dijo Elian poniéndose al borde del aura de fuego:- “Tormenta de nieve”- dijo al levantar su brazo derecho al cielo.
-Tonta- dijo el sabio riéndose mientras levantaba su mano hacia Elian- “¡Rompedor de conjuros!”-
Con esto Elian se quedo paralizada unos momentos, mientras su hechizo era cancelado en ese instante:
-Que tonta eres, ¿crees que la magia pueda dañarme?- respondió el sabio
-¿Pero que tal una buena dosis de flechas?- le gritó Alba, mientras se había escabullido justo atrás del sabio sin que se diera cuenta. Pero al comenzar a disparar las primeras flechas, una pared de fuego se levanto, y calcinó todas las flechas que fueron lanzadas.
El sabio comenzó a reírse estridentemente: -¿Acaso aún no comprenden la magnitud de mis poderes?, déjenme darles otra demostración: “¡Tormenta de truenos!”- Y cayeron una gran serie de relámpagos por toda la cima del monte.
Alba y Elian terminaron tendidas en el suelo debido al impacto, así que Almira rápidamente se acerco a ellas para curarlas, pero cuando esta haciendo esto, el sabio se colocó justo enfrente de ellas. Y esbozando una sonrisa, se disponía a dar el golpe final, cuando de repente, una serie de flechas de fuego se cayeron encima.
Retrocediendo el sabio hasta el centro del aura de fuego, comenzó a buscar con la mirada quien lo había atacado. Y Entonces de entre los árboles salió un ser de apariencia gelatinosa, de color parecido al naranja, y con una esfera negra con lo que aparentan ser ojos adentro…
-¿Pero que rayos esta haciendo un Vanilmirth aquí?- dijo el sabio totalmente desconcertado.
-Lo que es más raro es que esta haciendo un tonto sabio quemando todo en esta montaña- dijo una voz en la misma dirección en la que el Vanilmirth se encontraba. Y de entre los árboles, justo detrás del Vanilmirth una pequeña niña hizo su entrada, su cara infantil y su rojizo cabello rizado amarrado en dos coletas sobresalían junto con su pálida piel entre las sombras de los árboles. A pesar de que su cara y apariencia física son las de una niña, lleva puesto un uniforme del gremio de alquimistas, además de traer un carro que parece estar lleno de varias cosas cubiertas por una manta.
-¿No se supone que todos los practicantes de magia respetan la naturaleza?- dijo la niña dirigiéndose al sabio- pero tu eres una deshonra a todos aquellos que lo hacen.
El sabio no alcanzaba a completar palabras para responderle, cuando se dio cuenta de que detrás de la niña, se esta ocultando La Señora de las abejas:
-Mira, has asustado a mi amiguita, eres de lo peor- dijo la pequeña alquimista mientras buscaba algo en su bolsa y sacando una botella granada de dijo: -¿Qué tal si yo también juego con fuego?: “¡¡¡Bomba!!!”- y le arrojó la botella.
El sabio, logro esquivar con facilidad la granada, pero al momento de caer al suelo, una gran llamarada salió en todos lados:
-¡No puede ser!- gritó el sabio- Esa bomba esta adquiriendo mas fuerza de mi tierra volcánica, y esta comenzando a desintegrar-
Es esta acción Elian logró levantar la mano, y señalando al sabio, dijo:
-“Manejador helado”- y un camino de hielo se acercó al sabio, el cual no pudo contraatacar, y termino congelado.
Terminándose de poner de pie, Elian dijo: -Eres una verdadera deshonra, ¿te haces llamar sabio?- y juntando sus manos, lanzó otro hechizo: -“Trueno de Júpiter”-
La bola de electricidad golpeo con tanta fuerza que el sabio salio volando, y después termino rodando por toda la montaña hacia abajo, dejando en el hielo el medallón de estrella que el sabio llevaba. Cuando Elian puso su mirada en el medallón., este se comenzó a hacer polvo, mientras el aura de fuego comenzaba a desaparecer. Elian estaba absorta en sus pensamientos, cuando fue interrumpida:
-¡Eliaaaannn!- y junto con este grito, la pequeña alquimista saltó a los brazos de Elian, mientras ella la miraba a la cara:
-Lina, se supone que no deberías estar en este lugar- Contesto Elian
-Ay hermana, desde que pasé la prueba para ser alquimista mamá me deja salir más lejos de la casa- Contestó alegremente la niña
-Felicitaciones Lina, que bueno que hayas pasado la prueba- dijo Almira mientras terminaba de curar a Alba
-¿Qué acaso no hay edad minima para ser alquimista?- dijo Alba en un tono de voz muy cansado
-De hecho, el tutor de la prueba me dijo que no tenían registros de que alguien de mi edad hubiera pasado la prueba antes, así que soy la alquimista más joven de la historia- dijo Lina con una enorme sonrisa en la cara, y volteando la cara hacia atrás, continúo: -Gomita, ¿dónde estás?- y dando pequeños saltos, el homúnculo llego a los brazos de su dueña: -Miren, este es Gomita, es mi pequeño bebé, ¿apoco no es tierno?- Y mientras Lina y Almira se decían cosas sobre Gomita, Alba comenzaba a replicar:
-¿Ya podemos irnos a casa???-
