Que conste que no he visto la película de 300... :o
Quiero que sepáis, que tengo 14 años (Llevo poco leyendo, quiero que lo tengáis en cuenta), y aparte de leer también juego mucho 8)
Lo de el contenido histórico... Mierda, querría cambiar el nombre de la Orden, pero deje Nurgon ;D. La he creado en distintos, y siempre me tenía a mi solo de miembro... Quizá algún amigo de clase, pero nadie mas :D. Por lo que quise reflejar esta pequeña parte de mi historia de jugador de Ro... ;)
PD. Intentare dejar los diálogos a un lado, he mirado algunos textos que escribí hace unos meses y solo ahí diálogos :-\
PD. Creo que he echo un poco mas largo de lo normal este capítulo, no me mateis :-[
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A la mañana siguiente, ya un un pequeño campamento bajo la sombra de una roca, Astu vio a lo lejos una nube de arena. Aunque su vista era increíble, no pudo distinguir mucho en aquella nube.
-¡Ked!
-Dejame dormir...
-Escuadriña esa nube, ¿cuanta gente es?
Kedvran se puso a mirar a la nube, mientras pronunciaba una palabras desconocidas para los otros dos miembros del grupo.
-20... mas unos 15 asesinos, son invisibles.
-Como sospechaba, son demasiados, vienen por nosotros, no vale la pena ensuciar la arena...
-¡Vamos!-Grito Ledrum, ya subido en su Peco.
-Con unas palabras me cargaría a la mitad...-Protesto Ked.
-Si, ¿y luego las represalias del ataque para quién?-Le regaño Ledrum- Si matamos o herimos a alguien vendrán más...
-Nos vamos quieras o no-Grito Astu, mientras que cogía subía a su Peco, y veía por el rabillo del ojo como lo hacía también Ked.-¿Dirección?
-Este, iremos a Payon, ahí unas personas que aguardan nuestra llegada para acompañarnos en el viaje. De paso, si nuestros perseguidores nos siguen les despistaremos en los bosques.
Aunque iban a pie, los perseguidores estaban dando caza a el grupo a los dos días. Y Ked ya miraba en sus libros de conjuros haber que conjuro podía usar. Sin duda, no llegarían a Payon antes de que les dieran alcance.
-¿Qué pasa?-Pregunto Ledrum mientras se despertaba-.
-Han desaparecido. Estaba contemplándolos cuando desparecieron, por cierto, tampoco esta Kedvran.
-Le dije claramente que no les hiciera nada...
-¡Yo no he echo nada!-Grito Kedvran, mientras que se acercaba andando.-Solo he ido a buscar algo para comer, me he cansado del pan... Y en mis libros no trae nada para transformar comida... ¿Por que los únicos animales que ahí en el desierto estan duros, tienen poca carne y saben mal?
-Prefiero la comida echa a mano, siempre sabrá mejor que un trozo de piedra transmutado.-Dijo Astu mientras se levantaba.
-Les veo-Alerto Ledrum.- Unos tres kilómetros al Norte. Se desplazan muy rápido. En unos minutos estarán aquí.
-¡Por fin!-Exclamo Kedvran.
-¡Quieto!-Grito Ledrum, sin poder hacer nada dado que kedvran pronuncio un hechizo, y la tierra a su alrededor pareció removerse.-Te lo dije claramente...
-Por cierto, ¿donde esta Astu?-Pregunto Kedvran, haciendo caso omiso a Ledrum.
-Querían emboscarnos por la espalda, pero sus soldados son penosos-Dijo Astu, dejando sobre el suelo los cuerpos de varios soldados desmayados.
Derrepente, del suelo salió una mano, agarrando por el tobillo a Astu, y acto seguido esta se undio en tierra, seguido de Astu.
Sin dar tiempo a reaccionar a sus compañeros para rescatarlo, los perseguidores se abalanzaron sobre ellos, y la mayoría se undio en las arenas movedizas que había transmutado Kedvran. El resto se dirigió hacía Ledrum, el típico "Juntos venceremos", en un 10vs1. Kedvran se iba a deshacer de ellos con un conjuro, pero vio que no paso nada al pronunciar las palabras. en seguida se percato de que lo habían silenciado. Rápidamente se dio la vuelta para encararse hacía su adversario, mientras sacaba de su manga una pequeña daga, en otra ocasión hubiera cogido su bastón, pero lo había dejado junto al resto de sus cosas en las bolsas que había colgado del Peco, que como los otros dos Pecos, salio corriendo hacia el este. Aunque sabía que al poco se cansarían y se tirarían en el suelo a descansar.
-¡¡¡KYYYAAA!!!-Grito Ledrum, mientras se desacia de varios enemigos con un golpe de su espada.
Mientras tanto, en el subsuelo, Astu se debatía en un combate a vida o muerte contra criaturas que no se podían considerar humanas. En una proporción 15Vs1, que cada vez que mataba uno salio otro, habeces dos.
Y el bailaba, al son de los gritos de sus enemigos al ser heridos de muerte por los golpes que proporcionaba con sus dos katares. Sabía que tendría grandes problemas para salir de ahí, por lo que se dirigía hacía el agujero que había echo al atravesar el suelo, en cambio, los otros seres lo atravesaban sin romperlo. Y mientras, las gotas de sudor resbalaban por su cara.
Cuando decidió que con maneras convencionales no podía hacer nada, rayos de energía de un tono violeta oscuro salían de su mano en dirección a sus adversarios. El número de adversarios empezó a reducirse considerablemente, pero el se estaba cansando demasiado, y no paraban de venir enemigos.
-Alto-Dijo una voz ronca, y el locutor aparecía en esos momentos por la tierra. Y entonces, todos los enemigos volvieron por donde habían venido, a las entrañas de la tierra.
-¿Quién eres?-Pregunto descorcentado Astu.
-Por ahora, soy tu salvador. Quiero que disculpes los malos tratos que te han podido causar mis súbditos, los supervivientes serán castigados, no te preocupes.
-Devuélveme a tierra-Dijo fatigado Astu, había poco aire ahí abajo.
-En realidad, te llevare con tus compañeros, ya están en Yuno. Y la gente que os estaba esperando... Están muertos, no pude hacer nada... Ah, se me pasaba...-El desconocido chasco los dedos y la tierra pareció moverse.
-Comprendo...-Respondió Astu, claramente fatigado, por que cada vez había menos aire, y había gastado demasiadas fuerzas.
-Ya casi estamos, dijo